¿Cómo le cuento al algoritmo de Google lo que es el mar? ¿Qué palabras uso para describir la sensación de sentir la brisa marina y el olor a salitre que se adhiere a la piel y al corazón? ¿De qué forma podría tratar de transmitir lo que se siente cuándo bajas unos metros de profundidad y sientes la inmensidad del océano sobre tus hombros? ¿Y cuándo estas unos metros bajo el agua y te paras hasta que los bancos de peces y todo el entorno se acostumbra a ti, y pasan ante tus ojos como si fueras uno más?
Pero es que podría seguir toda una vida tratando de describir sensaciones y momentos de felicidad que me ha dado el mar a lo largo de mi vida, y jamás conseguiría que mis palabras hicieran justicia a mis sentimientos.
El mar no solo me ha dejado momentos inolvidables en mi vida, sino que también ha sido protagonista en innumerables ocasiones en mi imaginación a través de los libros. Desde el Nautilus (y su capitán Nemo) en aquellas «20.000 Leguas de Viaje Submarino», pasando por los contrabandistas y piratas de la «Isla del Tesoro»(especial recuerdo al personaje de John Silver y sus 15 hombres sobre el cofre del muerto), hasta la gruta de Montecristo donde Edmundo Dantés encontró su tesoro. Y como olvidar John Trenchard y Elzevir Block en el Diamante de Moonfleet, al segund le debo un extra de fuerzas cuando desfallezco porque siempre me viene su coraje y me hace dar un poco más.
Podría seguir con la lista y con una sonrisa recordando amigos que han surcado conmigo los mares, pero no terminaría nunca, los que lleguéis a ser mis Nakamas (X) tendréis oportunidad de saber más sobre el significado de la D.
La vida pasa, los años vuelan, las cosas cambian. El Mar es un oasis, un pilar sobre el que cimentar momentos de felicidad. El mar no pide nada a cambio, es un refugio donde aún puedes sentirte como un niño explorando y sintiendo. Solo tenemos que cuidarlo.